El blanco y el negro son como el ying y el yang, el uno sin el otro no pueden existir, se necesitan para sobrevivir. La razón por la cuál destierro todo atisbo de color en mis fotografías es muy simple, la fotografía captura momentos, instantes, emociones, pasiones, segundos enteros de toda una vida concentrados en una sola imagen.
Imagen de la grandísima fotógrafa española Cristina García Rodero |
La ausencia de color en Ingravitz pretende
capturar la parte mas profunda de cada imagen, con cada sombra, con cada
blanco, con cada gris, se va configurando todo un mundo monocromático de
emociones congeladas, donde la ausencia de color no significa la ausencia de
vida ni alegría, mas bien todo lo contrario. La ausencia de color
significa “está bien, tómate un respiro y descansa de la vida”.
Vivimos en un mundo que va a 200 km/h,
lleno de estímulos visuales, lleno de colores y luces por todos lados, donde
todos y todo está a nuestro alcance. En definitiva, vivimos sobreestimulados,
sobreinformados, sobreagilipollados. El blanco y negro tal y como yo lo
entiendo, es todo un mundo donde poder descansar del propio mundo, donde poder
descansar la vista y la mente de todo lo que nos rodea. El blanco y negro es
paz y armonía.